La del misionero nooo... prefiero ponerme en cuatro


(Cerro Concepción visto desde el mirador de ex-cárcel en el cerro Cárcel-los porteños no se desgataron los sesos para ponerle nombre a sus colinas-puerto de Valparaíso, Chile. La fotografía la pude haber tomado a finales de 2013 o en 2014)


A ver sudakafans mente de cloaca! Me refiero al "estilo de gestión". Hice un test larguísimo y sin peguntas, sólo eran dos escenarios u opciones por cada recuadro que no guardaban relación entre sí. Tenía resaca(en teoría estoy dejando de beber), estaba sin dormir casi, con lo cual, no me fio de mi misma de lo que haya salido de allí. 

Pensaremos que esto está bien hecho y de la fiabilidad de la respuesta, y que a mí me pega el estilo misionero que tiene una baja orientación a la tarea , una alta orientación a las relaciones y una baja eficiencia. Así descrito parece algo malo, pero sí que es verdad que no me considero una persona "eficiente" desde el punto de vista capitalista. Suelo serlo con el tiempo y creo que hago bastante cosas a la vez, pero no me considero una persona productiva.

De todos modos, mi test salió bastante equilibrado con todos los estilos, a mitad de la escala, por lo que quedan dos opciones: hice mal el test o suelo ser bastante flexible a la hora de gestionar grupos y me amoldo a las circunstancias. 

Soy el ejemplo clásico del "zoon politikon" aristotélico, soy un animal social por naturaleza. Siempre estoy metida en todo, conservo mis amistades desde la infancia y siempre me ha gustado participar en todo tipo de actividades, sobretodo los voluntariados. 

Tal como comentaba en el post dedicado a la peli "Machuca" con 14 años conocí la pobreza de mi ciudad y me di cuenta que en algo debía aportar para mejorar la situación. Con un grupo de amigos decidimos ir debajo de los puentes del estero Marga-Marga a repartir café y sandwich los fines de semana en la noche. Al principio la actividad nos gustó bastante y conocimos muchas historias de vida de la gente que vive en la calle hasta que una amiga sufrió un intento de agresión sexual porque algunos grupos de indigentes estaba borracho o drogado y quiso agarrarle sus partes. 


(Y esta es una vista área de la ciudad que vio nacer a esta "sudaka proletaria": Viña del Mar, la ciudad con el m2 más caro de Chile, hay apartamentos que cuestan 1 millón de dólares. Pese a esta gran opulencia de rascacielos, casino, festival y playas, al fondo puede observarse que la ciudad está rodeada de cerros poblados y en medio de ellos hay quebradas que no son visibles desde el centro o las zonas turísticas en donde hay mucha gente que vive rozando el umbral de la pobreza)


Después en mis diversos grupos de teatro nos dio por hacer obras en las residencias de ancianos tanto de mi ciudad como de Valparaíso. Me gustaba mucho que pasaran un momento agradable, ya que muchos no recibían visitas. Me acuerdo cuando fuimos al cerro Cárcel con sus calles laberínticas y al final llegar a la plaza Anibal Pinto. <<Valparaíso era su ciudad y siempre lo sería>>, parafraseando "Manhattan" de Woody Allen. Lo único que puede compararse al amor que le tengo al puerto es el gran amor que le tengo a Salamanca, los dos lugares que he querido más en mi vida. 


(Si no te apasionan los colores, Valparaíso no es tu lugar... es una ciudad con 42 cerros, ascensores únicos, lleno de escaleras con peldaños decorados y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el gran amor de mi vida)



Ya después en Pamplona fui voluntaria de "Alternativas" y me metí en el mundo audiovisual. Con 18 años dirigí algunos cortometrajes dirigido a participantes adolescentes inmigrantes con riesgo de exclusión social. Quizá no eran unas obras de arte de gusto exquisito, pero lo que importaba era el proceso. Incluso yo fui una de las protagonistas de un documental llamado "Las Vidas de Zulma", lo que me trajo cierta fama a nivel local. Salí en el periódico, fuimos por distintos pueblos de Navarra presentando el documental, también fui a algunos colegios. Creo que estaría en 2do de Bachillerato cuando todo esto ocurrió. 


(Mi primera aparición es a partir del minuto 2, aunque merece la pena verlo porque somos 9 mujeres inmigrantes viviendo en Pamplona y contamos nuestra historia de inmigración.  Es un documental independiente de bajo presupuesto, así que no esperen los mejores efectos especiales)


Esto me abrió la oportunidad de conocer gente de muchos colectivos, como el SEI (Servicio Educativo Intercultural) en donde di clases de inglés y ayudé en las clases de español para extranjeros que no hablaban castellano como los rumanos, los chinos y los marroquíes. En el post de "Un poco de hipopotomonstrosesquipedaliofilia y mi visión platónica de la educación" cuento la historia de Alexandra, una chica rumana analfabeta a la que le enseñamos a leer y a escribir. 

Cuando me mudé a Salamanca sabía que quería seguir siendo voluntaria y me metí a la Cruz Roja. Estuve dos años. Primero me gustaba el tema de las ambulancias y primeros auxilios, pero ya había bastante gente en ese servicio y fui al que sólo había una persona: Apoyo psicológico. Tratamos temas de duelo migratorio con los usuarios y hacíamos terapia de grupo sobre las dificultades de ser extranjeros. Al principio el programa funcionaba, pero cada vez se fue apuntando menos gente, así que se cerró, por lo que me pasé a la Oficina de Atención al refugiado y allí sí que conocí el drama humano. Yo era el primer filtro por donde los usuarios me contaban sus penurias, les pedía sus datos, rellenaba unos formularios en el ordenador y clasificaba sus necesidades para saber dónde derivarlos en una segunda cita, si con el abogado de extranjería, servicios sociales, prestaciones, alfabetización, banco de alimentos, etc. 

Como empecé mi militancia anarquista en CNT no me dio la gana de seguir trabajándoles gratis de 9 a 2, ya que eso era un empleo que debía realizar una administrativa o una trabajadora social, no una joven voluntaria estudiante de Filosofía. A través del sindicato también pude seguir con mis obras solidarias a través del mundo de la cultura, con charlas de todo tipo, pancartas, apoyo a los compañeros en conflicto... también empecé mis primeros arrestos y mis primeros juicios, pero eso ya da para otra historia. 

Y me fui a Italia de voluntaria a Rofrano (en Salerno) a grabar un documental sobre tradiciones rurales, concretamente me encargué de grabar una fiesta religiosa que se suele hacer a inicios de septiembre y trata de llevar sobre la cabeza una virgen con velas y flores, y la gente va bajando las montañas y las enormes escalinatas que bajan desde la iglesia. La ventaja de hablar algo de italiano es que me permitió entrevistar a la gente local, como los que hacían estas esculturas bajo previo encargo, a los portadores, a las señoras de la Iglesia, a los jóvenes que habían emigrado de Rofrano hacia Milán y que cada año volvían a su pueblo. Incluso había australianos descendientes de antepasados de Rofrano que volvían todos los veranos. 


(Madonna di Grottaferrata en septiembre de 2012 en Rofrano, Italia. Llegar hasta ese pueblo también fue toda una odisea porque me pasé de largo en el tren, se me rompieron las gafas y llegué a las 12 de la noche a Centolla, a una hora de Rofrano y no había transporte. Me vino a recoger el alcalde de Rofrano, Toni Viterale a las 2 de la mañana en su coche! Fui la primera chilena en pisar Rofrano según registros municipales de 200 años de visitantes)



(Mi documental no sé donde está, las organizadoras que eran serbias nunca me dieron una copia. Como conocía a todos los del pueblo, en especial a los 40 jóvenes que iban de los 20 a los 30 años con los que salía de birras por la noche, parece ser que mi modo de ser tan social no era de su agrado. Ni tampoco de la vecina que me tiró un cubo de agua cuando me puse a contar chistes en italiano en mitad de la plaza a las 3 de la mañana. "Sudakaproletaria y los 40 italianos", no sé quién reía más fuerte... así que encontré este video del año pasado para que se hagan una idea de cómo es la festividad). 

Al volver a Chile, retomé mis estudios de teatro por dos años en la escuela "Pascal 79" frente a la iglesia de la Matriz, la más antigua de Valparaíso. Ya a nivel profesional tenía varias asignaturas como "Montaje", "Actuación", "Movimiento" y "Voz". Al ir creando nuestras primeras obras nos fuimos a los cerros. Recuerdo colaborar con los comunistas en la Asociación Cultural "Victor Jara" y acercar el arte a la gente que vive en los márgenes de la ciudad de manera gratuita para que pasase un buen momento.


(Delante izquierda está Teresa, en esa época trabajaba como enfermera en cuidados paliativos en Hospital van Buren, del que fue director Salvador Allende. Ella trabajó 40 años allí y durante su juventud atendió a los primeros pacientes de SIDA de la región. Tiene un hijo con discapacidad llamado Hugo. El teatro era su burbuja de escape. A su lado está Cony, aún tengo su jersey tejido a mano y en mi último viaje a Chile no se lo llevé. Detrás está Cristián, con el que tuve la oportunidad de compartir muchos escenarios y aún hoy mantenemos contacto. Su gato Camilo Carolino no me tiene mucho aprecio porque es medio bipolar. En medio está Mirko, el trapecista con el que me ponían hacer los ejercicios de estiramientos. Nunca vi a un hombre tan elástico, en uno de los ejercicios nos teníamos que abrir de patas frente a frente y agachar el torso hacia el suelo, su nariz se quedó a 2 centímetros de mi clítoris. Al día siguiente les di una alegría a mis compis de trabajo en un hotel con esta anécdota. Y a la derecha al fondo estoy yo poniendo cara de circunstancia)

Siempre amé la diversidad y que cada uno seamos diferentes, por ello, parafraseando al Padre McEnroe (quién diría que me inspiraría en un cura para pronunciar un verso célebre) de la película "Machuca", <<Vas a amar la diversidad como si es lo único que aprendes en esta escuela>>. Y es lo que pretendo enseñar a mis alumnxs.

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